sábado, 15 de febrero de 2014


LA EDAD INFANTIL DEL URUGUAY 
Por Sergio Capelo 



El reciente discurso del presidente Mujica  en las Naciones Unidas, absurdo, desubicado, fue dirigido más a la campaña demagógica para los uruguayos —en lo que el señor Mujica es un maestro— que para un público mundial que está en otra cosa, muy distante a su pensamiento.

No sabemos quién escribió este  discurso, pero parecía  una intervención de las que hacíamos los niños en las fiestas de las escuelas, en los tiempos en que no se hacían murgas y otros despropósitos que se practican en las actuales, de aguda crisis de la educación.

Ante una sala prácticamente vacía, el presidente uruguayo demostró su falta de clase usando el triple del tiempo que tenía estipulado —a pesar de que lo hacía ante una sala prácticamente vacía—, como si tuviera un mensaje trascendental que comunicar. Más que nada fue una baladronada de las que nos tiene acostrumbrados, para poder decirle a “la gilada” a la que tiene deslumbrada, “se las canté en la propia cara”. Aunque la verdad es que fue dicho en un lenguaje tipo “Desde el jardín”, no dejando muy claro tampoco su verdadero significado. Está bien hacerse los transgresores, pero tampoco tanto.

La falta de originalidad es otra constante de los dichos del presidente uruguayo. Dice lo obvio como si estuviera haciendo un descubrimiento. Conceptos en los que todos estamos de acuerdo, sin que sea necesario que él los proclame. Mejor sería que en lugar de usarlos para un discurso demagógico, tomara las acciones de gobierno necesarias para hacerlos realidad. Después de todo para eso está en el lugar en que está (Ejecutivo), para hacer lo que crea pertinente  para el progreso del país.

Pero claro, cuando encara las reformas que él intuye necesarias desde el lugar en que está, choca con la resistencia de sus antiguos compañeros de ruta, con los que alimentaron tantas utopías absurdas, creando un dogmatismo fuertemente autoritario, y no tiene el coraje ni el patriotismo para romper con eso y ponerse del lado de su patria y de su pueblo.

La brutal revelación de estos hechos, es la constatación de un pueblo que en lugar de madurar con los años, luego de ser vanguardia en la región, ha recorrido un proceso inverso, hacia la inmadurez y el infantilismo. Así nos hemos alineado con los únicos en el mundo que siguen alimentando el modelo económico (y autoritario) marxista, el que cualquier persona inteligente e informada sabe que está agotado y fracasado en el mundo.

Y por eso el discurso infantil y arrogante de un presidente que no resuelve los problemas de su país y cree que el mundo necesita de su demagógico mensaje.


1 comentario:

  1. Es asi señr Capelo,la realidad en la que vivimos, un señor que ocupa un lugar tan importante se me ocurre pensar como simple ciudadano que este hombre no tienen las mas minimas condiciones para estar donde está y que está por un caso fortuito del destino y que los uruguayos estan comenzando a despertar del error que cometieron.Pero se sabe muy bien que no fue solamente el ciudadano comun y corriente que lo votó,sino que tambien hubieron cultos intelectuales universitarios que lo hicieron tambien,pero no por error bien sabian a quien votaban,pero el ciudadano quizas si,lo hizo por un error o por que lo engañaron.Esperamos que esto cambie en las próximas elecciones porque si no es asi,pobre Patria.

    ResponderEliminar